sábado, 2 de febrero de 2008

Permiso.

Si me dejas, podemos intentar pelear menos por cosas tontas y abrazarnos más, con o sin razones, en cualquier momento y lugar. Soy considerada, te pido permiso porque no creo que me lo permitas así como así, como un trámite fácil y sin importancia. Ambos valoramos mucho las cosas como éstas, los dolores del corazón. Y ambos sufrimos bajo la timidez y la cobardía. Pero creo ser la única de los dos que siente esto, y esto de escribirlo es casi como gritarle al viento. En un futuro, sólo será un recuerdo de mi presente, de este mi presente.
Testimonio de que te sentí y de que te proyecté en mi escrito esta noche.


Si me permitís, si me dejas, si me das alguna señal, me animaría a abrazarte. Aunque no parezca, puedo esconder mis espinas y puedo reír, reír cuando te vea y mucho más cuando rías vos. Puedo, mirá vos, puedo pintarte el mundo con lindos garabatos retorcidos (incluso, imagino las críticas que me harás), puedo escribirte mis ideas y sueños en alguna hoja de papel, en algun lugar de tu vida, inclusive en tu piel. Podría, si me das tu permiso, intentar de mil maneras hacerte feliz. Y de paso, ser un poco más feliz yo.


Pero para todo hay que ser sinceros, porque las mentiras son como un manto que ponemos sobre los ojos. Y hay tantos colores (¡vos los ves mejor que yo!) que de nada sirve mentir-se y decir-se (con certeza y convencido) que todo, todo, es gris. Entonces, la sinceridad, el desnudo, "las cosas son así".Y un poco así y otro poco de otra manera, pero en gran parte así. Según lo querramos mirar podemos decir que esta lloviendo o que salió el sol, podemos ver lo gris del cielo e ignorar las estrellas porque hay muchas luces que las opacan. Pero ni con todas nuestras ganas y nuestras mentiras podríamos destruir a ese sol que está brillando en algún lugar del cosmos .


A eso me refiero: la realidad. No la subjetiva, la "desde mi punto de vista". La verdad objetiva, la certeza de algo, el hecho concreto, o como quieran definir al sol y a su existencia más allá del gris de nuestro cielo.


Y yo sé, te conozco, no te complicas tanto con cositas como éstas. Pero es que a mí, a mí me encanta jugar con palabras e ideas, como si fueran ladrillitos de juguetes con los que podría construir algo. Construyo castillos, levanto muros, te invento un mundo entero. A veces, cansada, lo derrumbo todo y empiezo de nuevo; otras veces, dejo que todo junte moho y se destruya casi solo. Sentada, quieta, toda la poca magia que tengo está dentro mío, en algún lugar.
Y vos jugas con los sonidos, los descubrís, los combinas, los olvidas si no te gustaron. Y mil canciones o ninguna, poco te importa con tal de que puedas razgar el aire a tu antojo.Sos como esos niños que pasean de juego en juego cuando estan en un parque; un rato se hamacan, se suben al tobogán, se tiran de donde puedan, la única meta es divertirse y moverse, y reír. Dejás una estela luminosa atrás tuyo, y muchos más como vos, y pocos lo pueden ver. Yo no salgo de la hamaca, puedo imaginar que vuelo o que navego por el espacio o que estoy nadando, pero de la hamaca no me muevo. Y la luz, en mis ojos, la dirijo hacia adentro.

Yo soy yo frente el mundo, desde la hamaca o con mis palabras, pero soy yo sin poses, sin máscaras ni mentiras. Pero frente a tu mirada me opaco, me escondo aún más, invento sombras para disimular las imperfecciones, porque temo que no me aceptes. Y no te creo perfecto, ni siquiera muy especial para la vista de otros, esos otros que no ven la luz. Yo te veo y sonrío, y siento algo, y es así y es difícil de explicar. Ni Objetiva y ni Subjetivamente, no puedo.
¿Ves?, te lo muestro como lo veo. Comprenderás mi lío mental ahora, ahora que lo perfilé un poco con palabras. Y todavía no alcanza.

Pero te pido permiso para que podamos ser como somos, no quiero espiarte ni quiero asustarte con mi manera de ser. Mi realidad, mi esencia más profunda, ni yo puedo señalarla o encerrarla entre mis manos y mostrártela. La imagino como un río, un inmenso caos de agua con vertientes y cataratas y zonas secas, bullendo en mi interior. Algo así.

Y te hablo, pero no digo todo lo que quiero; y te vas y me queda una sensación de vacío.

Te pido permiso para quedarme con un poco de vos, un poco más que el recuerdo que tengo, un poco bastante más que el eco de tu risa.

No hay comentarios: