Testimonio de que te sentí y de que te proyecté en mi escrito esta noche.
Si me permitís, si me dejas, si me das alguna señal, me animaría a abrazarte. Aunque no parezca, puedo esconder mis espinas y puedo reír, reír cuando te vea y mucho más cuando rías vos. Puedo, mirá vos, puedo pintarte el mundo con lindos garabatos retorcidos (incluso, imagino las críticas que me harás), puedo escribirte mis ideas y sueños en alguna hoja de papel, en algun lugar de tu vida, inclusive en tu piel. Podría, si me das tu permiso, intentar de mil maneras hacerte feliz. Y de paso, ser un poco más feliz yo.
A eso me refiero: la realidad. No la subjetiva, la "desde mi punto de vista". La verdad objetiva, la certeza de algo, el hecho concreto, o como quieran definir al sol y a su existencia más allá del gris de nuestro cielo.
Y vos jugas con los sonidos, los descubrís, los combinas, los olvidas si no te gustaron. Y mil canciones o ninguna, poco te importa con tal de que puedas razgar el aire a tu antojo.Sos como esos niños que pasean de juego en juego cuando estan en un parque; un rato se hamacan, se suben al tobogán, se tiran de donde puedan, la única meta es divertirse y moverse, y reír. Dejás una estela luminosa atrás tuyo, y muchos más como vos, y pocos lo pueden ver. Yo no salgo de la hamaca, puedo imaginar que vuelo o que navego por el espacio o que estoy nadando, pero de la hamaca no me muevo. Y la luz, en mis ojos, la dirijo hacia adentro.
Yo soy yo frente el mundo, desde la hamaca o con mis palabras, pero soy yo sin poses, sin máscaras ni mentiras. Pero frente a tu mirada me opaco, me escondo aún más, invento sombras para disimular las imperfecciones, porque temo que no me aceptes. Y no te creo perfecto, ni siquiera muy especial para la vista de otros, esos otros que no ven la luz. Yo te veo y sonrío, y siento algo, y es así y es difícil de explicar. Ni Objetiva y ni Subjetivamente, no puedo.
¿Ves?, te lo muestro como lo veo. Comprenderás mi lío mental ahora, ahora que lo perfilé un poco con palabras. Y todavía no alcanza.
Pero te pido permiso para que podamos ser como somos, no quiero espiarte ni quiero asustarte con mi manera de ser. Mi realidad, mi esencia más profunda, ni yo puedo señalarla o encerrarla entre mis manos y mostrártela. La imagino como un río, un inmenso caos de agua con vertientes y cataratas y zonas secas, bullendo en mi interior. Algo así.
Y te hablo, pero no digo todo lo que quiero; y te vas y me queda una sensación de vacío.
Te pido permiso para quedarme con un poco de vos, un poco más que el recuerdo que tengo, un poco bastante más que el eco de tu risa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario