domingo, 30 de marzo de 2008
Te pongo la nariz. (e.e)
Cuando te ponés la nariz, te sacas la tristeza.
Cuando te miras al espejo olvidas lo de tu interior, y por un momento sos sólo un par de ojos brillantes . (y quizá unos cuantos granos, y esta sonrisa de metal)
Muchas veces tuviste bronca, tristeza, muchas veces todo pareció frío e indiferente a lo que sentías, muchísimas veces fantaseaste con la idea de no ser, de estar en otro lado/en otro tiempo/en otro cuerpo...
Pero hay una agradable sensación, que se puede mantener con un pequeñísimo esfuerzo de memoria y de constante atención a las pequeñas cosas. La sensación de que hay calidez muy dentro tuyo, encerrada y libre dentro de tus recuerdos, como materializada en las sonrisas de los rostros de esas personas que tanto querés.
La calidez que alguna vez en cuestión de minutos te rodeó, y te hizo reír y olvidar un rato que no somos absolutamente nada y a la vez, somos todo lo que tenemos...
Encerrar entre las manos a esos momentos, o con los brazos muy extendidos abrazar bien fuerte al montón de razones que encontras entre la risa.
Cuando te ponés la nariz, pareces una pelotuda. En definitiva y al final, siempre, comprobado y a escondidas, somos todos unos pelotudos...
Terribles pelotudos, pequeñas pulguitas pensantes que se mueven como ciegos en un mundo de colores, aislados de los ecos del viento, escondidos del sol y huyendo siempre siempre de la lluvia. Tontitos, llorando por tonterías.
Cuando te ponés la nariz lo asumís, y abrís un poco los ojos (igual que al despertar, apenas abiertos, con la mente enfocada todavía en el sueño recientemente abandonado).
Asumís tu boludez, olvidas tu interior mohoso, y...
Y te queda el recuerdo de la calidez del momento, del momento de la revelación, del momento de la risa, del momento inadvertido que pasa y seguirá pasando.
Entenderás ahora, que cuando te ponés la nariz te acercás un cacho más a la felicidad.
Cuando te miras al espejo olvidas lo de tu interior, y por un momento sos sólo un par de ojos brillantes . (y quizá unos cuantos granos, y esta sonrisa de metal)
Muchas veces tuviste bronca, tristeza, muchas veces todo pareció frío e indiferente a lo que sentías, muchísimas veces fantaseaste con la idea de no ser, de estar en otro lado/en otro tiempo/en otro cuerpo...
Pero hay una agradable sensación, que se puede mantener con un pequeñísimo esfuerzo de memoria y de constante atención a las pequeñas cosas. La sensación de que hay calidez muy dentro tuyo, encerrada y libre dentro de tus recuerdos, como materializada en las sonrisas de los rostros de esas personas que tanto querés.
La calidez que alguna vez en cuestión de minutos te rodeó, y te hizo reír y olvidar un rato que no somos absolutamente nada y a la vez, somos todo lo que tenemos...
Encerrar entre las manos a esos momentos, o con los brazos muy extendidos abrazar bien fuerte al montón de razones que encontras entre la risa.
Cuando te ponés la nariz, pareces una pelotuda. En definitiva y al final, siempre, comprobado y a escondidas, somos todos unos pelotudos...
Terribles pelotudos, pequeñas pulguitas pensantes que se mueven como ciegos en un mundo de colores, aislados de los ecos del viento, escondidos del sol y huyendo siempre siempre de la lluvia. Tontitos, llorando por tonterías.
Cuando te ponés la nariz lo asumís, y abrís un poco los ojos (igual que al despertar, apenas abiertos, con la mente enfocada todavía en el sueño recientemente abandonado).
Asumís tu boludez, olvidas tu interior mohoso, y...
Y te queda el recuerdo de la calidez del momento, del momento de la revelación, del momento de la risa, del momento inadvertido que pasa y seguirá pasando.
Entenderás ahora, que cuando te ponés la nariz te acercás un cacho más a la felicidad.
jueves, 13 de marzo de 2008
Publicado por
Cronopio-cronopio
a las
21:30
Forma parte de: *
and i am invisibly numb,
inside there is dust
martes, 11 de marzo de 2008
Recuerdo. (parte 1)
Era fácil olvidar que existe algo más que el río y el sol.
Era tan fácil ser feliz, escuchando y mirando y solo sintiendo, en resúmen.
Fue como un retiro espiritual (yo tuve fuertes sobresaltos espirituales) que incluyó diversión y mucho tereré.
(espero que las frolas vayan la prox. vez, estoy segura que el río seguirá esperando más visitas)
((Las clases empezaron y por ahora resultan divertidas. Quizá, con la primera prueba de Química o Filosofía, mi idea cambie rotundamente...
POR AHORA, son divertidas)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)